Año del Nacimiento
El monje Dionisio el Exiguo (†556) tuvo el acierto de situar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo como punto de referencia de la historia de la humanidad y centro del tiempo; con los datos históricos de que disponía, lo fijó en el año 753 de la fundación de Roma y señaló el 754 como el primero de la era cristiana. Este cómputo, aunque retrasa en algunos años el gran acontecimiento de la Encarnación, es el que sigue estando en vigor. Los evangelios nos dicen que Jesús nació «en tiempos del rey Herodes»1 y que la muerte del rey tuvo lugar no mucho tiempo después2. Por los datos que da el historiador judío Flavio Josefo conocemos que Herodes murió treinta y cuatro años después de tomar el poder, poco después de que se produjera un eclipse lunar3. A pesar de que no faltan voces discordantes, es muy probable que Josefo se refiera al eclipse que, conforme a los datos astronómicos, se dio el 12/13 de marzo del 4 a.C., el año 750 de la fundación de Roma. Por lo tanto, hay que adelantar el nacimiento de Cristo al menos cuatro años respecto de la fecha que determinó Dionisio el Exiguo. Además, la muerte de Herodes no ocurrió inmediatamente después del nacimiento de Nuestro Señor, pues, según San Mateo, durante la visita de los Magos a Herodes, éste estaba aún en la Ciudad Santa y por Flavio Josefo sabemos que el rey se ausentó de Jerusalén cerca de seis meses a causa de la enfermedad que le llevaría a la muerte4. Por consiguiente, el nacimiento de Jesús ocurría al menos seis meses antes de la muerte de Herodes. Pero también, conforme al Evangelio de Mateo, hay que tener en cuenta que el Niño tendría varios meses cuando Herodes, todavía en Jerusalén5, ordenó la matanza de los Inocentes. El mandato de asesinar a los niños menores de dos años implicaría un margen amplio, de modo que Herodes estuviese seguro que incluía a Jesús. En conclusión, habría que adelantar la fecha del nacimiento de Cristo sobre la que le asignó Dionisio (753 de Roma) unos cinco años. Así llegamos alrededor del año 748 de la fundación de Roma, equivalente al 6 antes de la era cristiana6. Tampoco se puede adelantar mucho más de esta fecha, porque San Lucas nos dice que Jesús tenía unos treinta años cuando fue bautizado por Juan, el año decimoquinto del imperio de Tiberio César7 que, como veremos a continuación, debió de corresponder al 780-782 de Roma, 27-29 de la era cristiana.
Comienzo del ministerio público
De acuerdo con los relatos evangélicos, Jesús comenzó su ministerio público muy poco después de ser bautizado por Juan Bautista8. A su vez, no debió de transcurrir mucho tiempo entre el comienzo de la predicación del Precursor y el bautismo de Jesús9. Por eso, los datos que da San Lucas para indicar el comienzo de la predicación del Bautista sirven para situar el comienzo del ministerio público de Jesús; es más, para muchos autores, la intención de Lucas al dar esas referencias era más bien fijar el bautismo y comienzo del ministerio del Señor. San Lucas dice que Juan comenzó a predicar «el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y de la región de Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdote Anás y Caifás»10. La referencia al mandato de Tiberio permite llegar a una cronología bastante aproximada. En efecto, Tiberio fue asociado al Imperio por Augusto, para el gobierno de las provincias orientales, el año 765 de la fundación de Roma, correspondiente al 12 de la era cristiana. Según esto, el año decimoquinto de Tiberio corresponde al 780 de Roma y 27 de la era cristiana. Éste sería el año del bautismo de Cristo y del comienzo de su ministerio, que, aceptando la fecha de nacimiento señalada más arriba, concuerda con la edad aproximada que le asigna San Lucas («Tenía Jesús al comenzar unos treinta años»11). De todas formas, esta datación no es definitiva, pues es también posible que el año decimoquinto de Tiberio se contase a partir de la muerte de Augusto, que ocurrió en agosto del 767 de Roma (14 d.C.), esto es, un año y ocho meses después de que Tiberio fuera asociado al Imperio. Además, no sabemos el tipo de calendario que utilizó Lucas. En cualquier caso, sí podemos decir que muy probablemente el bautismo de Cristo ocurrió entre los años 780 y 782 de Roma (27-29 d.C.). El dato de que Poncio Pilato era procurador de Judea concuerda tanto con la primera como con la segunda de las hipótesis que hemos reseñado. En efecto, Pilato comenzó su magistratura en Judea el año 26 d.C. (779 de Roma); esta fecha, por otro lado, nos da un límite: Jesús no habría podido comenzar su ministerio público antes del 26 d.C. La cronología que se deduce de los otros personajes que menciona San Lucas no aporta mayor precisión que la ya señalada, pero la confirma: Herodes Antipas fue tetrarca de Galilea entre los años 4 a.C. y 39 d.C.; Filipo se mantuvo en la tetrarquía de Iturea desde el 4 a.C. hasta el 33 ó 34 d.C.; de Lisanias se sabe únicamente que dejó de gobernar el año 37 d.C. En cuanto a Anás, Flavio Josefo afirma que fue elegido el año 6 d.C.; por otro lado fue depuesto por el procurador romano Valerio Grato el año 15 d.C., pero, a pesar de esta destitución —hecha por la autoridad romana y no por la judía—, Anás siguió teniendo una gran autoridad, al menos moral, según atestiguan las fuentes judaicas de la época y como se comprueba por su intervención en el proceso del Señor12. Caifás, yerno de Anás, fue elegido sumo sacerdote el año 18 d.C., y cesó en su cargo el 36 d.C. Otro dato para fijar el comienzo del ministerio público del Señor se suele tomar del pasaje de Jn 2,20: «Los judíos contestaron: “¿En cuarenta y seis años ha sido construido este Templo, y tú lo vas a levantar en tres días?”». Según Jn 2,13-23, esta conversación de Jesús con los judíos ocurre en la Pascua del primer año del ministerio público. Sabemos por Flavio Josefo13 que la reconstrucción del Templo se inició el año 20-19 a.C. (el año decimoctavo del reinado de Herodes). Si a esta fecha sumamos los 46 años de los que hablan los judíos nos encontramos en el año 26-27 d.C., lo cual es también coherente con los datos de Lucas.
Duración del ministerio público
Ninguno de los evangelistas dice expresamente cuánto duró el ministerio público del Señor. De la lectura de los sinópticos parece que todo sucede en poco más de un año. San Juan, en cambio, habla claramente de tres Pascuas, correspondientes a tres años distintos: en la primera (Jn 2,13-23) Jesús se encuentra en Jerusalén; la segunda (Jn 6,4) ocurre poco después de la primera multiplicación de los panes; la tercera es la de la pasión y muerte: Jn 11,55; 12,1; 13,1; etc. Así pues, la duración del ministerio público sería de dos años completos más los meses que transcurrieron desde el bautismo hasta la primera Pascua. Pero en Jn 5,1 se habla de «la fiesta de los judíos», o bien de «una fiesta de los judíos». Esta frase presenta varias dificultades de interpretación: la primera es si se trata de la fiesta o de una fiesta, pues los manuscritos más antiguos fluctúan entre ambas expresiones. En el primer caso, parecería referirse a la Pascua; en el segundo, sin excluirla, indicaría más bien alguna de las otras fiestas judaicas (Tabernáculos, Pentecostés, Encenia o Dedicación del Templo, etc.). Si aquí se trata de la fiesta de Pascua, ésta sería una Pascua distinta de las tres mencionadas antes, y entre las pascuas citadas en 5,1 y 6,4 transcurriría un año. Con ello habría que añadir un año más a la duración del ministerio público, que, por tanto, comprendería tres años y algunos meses. Sin embargo, no pocos autores piensan que lo narrado en el cap. 5 de San Juan es cronológicamente posterior a lo descrito en el cap. 6. Si esto es así, la fiesta nombrada en 5,1 podría referirse a la de los Tabernáculos nombrada en 7,2, o bien a la misma Pascua que aparece en 6,4. Con arreglo a esta hipótesis, no se trataría de una nueva Pascua. En resumen, según las pascuas que menciona el Evangelio de San Juan no puede decirse con certeza si el ministerio público del Señor duró dos años y algunos meses, o bien tres años y algunos meses.
Fecha de la muerte
Aunque no es posible fijar con seguridad total el año de la muerte de Jesús, podemos acercarnos bastante a la fecha exacta mediante la combinación de datos evangélicos y cálculos astronómicos. Para ello se necesita primero tratar la cuestión sobre qué día de la semana y mes fue crucificado el Señor. Los evangelistas coinciden en su testimonio de que Jesús murió en Jerusalén un viernes14 y que su muerte ocurrió en torno a la Pascua de los judíos15. Sabemos también que, según el calendario judío, la Pascua se celebraba el 15 de Nisán, fecha que cae dentro del mes de abril de nuestro calendario16. Ahora bien, por los datos evangélicos no podemos determinar si ese viernes fue el mismo día de Pascua (15 de Nisán), tal como lo sugieren los sinópticos, o el día anterior a ella (14 de Nisán), tal como parece indicarlo el Evangelio de San Juan. En efecto, los sinópticos dicen que los discípulos prepararon la Última Cena «el primer día de los Ácimos, cuando sacrificaban el cordero pascual»17. Es decir, la Última Cena de Jesús con sus discípulos fue una cena pascual. Conviene recordar que el calendario judío es lunar y, como la luna empieza a ser visible por la tarde, el día hebreo se inicia con lo que para nosotros es la víspera y dura hasta la siguiente puesta de sol. Así se explica que la cena pascual hebrea se celebrara en la tarde del día que nosotros llamamos víspera. Por tanto, según los sinópticos, Jesús celebró la Última Cena en las primeras horas del día 15, día de Pascua, y murió el viernes en las últimas horas de ese mismo día. Por su parte, el Evangelio de San Juan sitúa la muerte del Señor en «la Parasceve de la Pascua»18, es decir, el día anterior a la Pascua, el 14 de Nisán. Pero esto presenta una dificultad, y es que Jesús habría celebrado la cena pascual un día antes de la fecha señalada por el calendario oficial judío, esto es, en las primeras horas del día 1419. Con todo, el cuarto evangelio parece ofrecer datos más claros que los sinópticos sobre la cronología de la muerte del Señor y aclarar varios detalles relatados por éstos, difíciles de interpretar si la muerte del Señor ocurrió un día de Pascua20. En cuanto al año de la muerte, el marco temporal viene delimitado en sus extremos por el mandato de Pilato (26-36 d.C.). Dentro de ese periodo podemos precisar algo más. Si, como hemos visto, Jesús empezó a predicar entre los años 27-29, y su ministerio pudo durar un periodo de tiempo que va de algo más de un año a tres años y algunos meses, su muerte debió ocurrir entre los años 28 y 33 d.C. Ahora bien, aún cabe una ulterior aproximación. Como sabemos que Jesús murió un viernes 14 ó 15 de Nisán, podemos acudir a los cálculos astronómicos para comprobar en qué años entre el 28 y 33 d.C. el 14 ó 15 de Nisán cayeron en viernes. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que tampoco estos cálculos son definitivos, pues el comienzo del mes se establecía en la antigüedad según la visibilidad de la luna nueva y, en ocasiones, podía retrasarse. Con las debidas cautelas hay que señalar que, muy probablemente, el 14 de Nisán fue viernes los años 30 y 33 d.C., y el 15 de Nisán cayó en viernes los años 27 y 34 d.C. De estas fechas las dos últimas no se ajustan a los límites antes señalados. En cambio, hay bastantes probabilidades a favor del año 30 de la era cristiana. En efecto, si, como se ha dicho, el ministerio público del Señor pudo comenzar entre los años 27 y 29 d.C. y durar dos o tres años y unos meses, el año 30 d.C. encajaría con ese supuesto. A su vez, conforme al testimonio de San Juan, que implica al menos dos años y unos meses de predicación, esta fecha excluiría el año 29 d.C. como año del bautismo de Jesús. El año 33, aunque también el 14 de Nisán cayó en viernes, presenta más dificultades. Implicaría que el ministerio del Señor hubiera empezado el año 29 d.C. y se hubiera prolongado durante cuatro años, algo menos probable. Por tanto, de la combinación de los datos de que disponemos, queda el viernes 14 de Nisán del año 783 desde la fundación de Roma, 7 de abril del 30 d.C., como fecha más probable de la muerte de Nuestro Señor, sin excluir absolutamente otras fechas.
Conclusión
De lo expuesto se podría resumir con la mayoría de los estudiosos que Jesús nació alrededor del año 6 a.C., comenzó su ministerio el año 27 ó 28 d.C. y, tras dos o tres años de actividad pública, murió en Jerusalén el viernes 7 de abril del año 30 d.C. cuando tenía unos 35 años de edad.
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1 Mt 2,1; cfr Lc 1,5.
2 Mt 2,15.19-20.
3 Flavio Josefo habla de la muerte de Herodes en dos de sus obras: La guerra de los judíos, escrita entre los años 75 y 79 d.C., y Antigüedades judías, escrita entre el 93 y 94 (cfr De bello iudaico 1,33,1 y 5,6 y 8; 2,1,3; Antiquitates iudaicae 17, 6,1.4-5; 8,1; 9,3).
4 Al sentirse enfermo, Herodes marchó a Jericó. De allí se trasladó a Calirrohe, sitio de aguas termales, donde tampoco encontró alivio, por lo que volvió a Jericó y allí murió en la primavera del 750. De los datos de Flavio Josefo puede desprenderse que en el 749, al comenzar los fríos de noviembre en Jerusalén, fue cuando se trasladó a Jericó, de clima mucho más cálido.
5 Cfr Mt 2,3.
6 Sobre la fecha precisa, tenemos aún menos indicios ya que la celebración de la Natividad del Señor el 25 de diciembre se remonta al siglo IV y no se fundamenta en datos cronológicos.
7 Cfr Lc 3,1-2.21-23.
8 Cfr Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22.
9 Cfr Mt 3,1-13; Mc 1,4-9; Lc 3,1-21; Hch 1,22;
10,37-38. 10 Lc 3,1-2.
11 Lc 3,23.
12 Cfr Jn 18,13-14.
13 Antiquitates iudaicae 15,11,1.
14 Cfr Mt 27,62; Mc 15,42; Lc 23,54; Jn 19,31.
15 Cfr Mt 26,2ss.; Mc 14,ss.; Lc 22,1ss.; Jn 13,1ss.
16 La fecha de la Pascua cristiana es, en cambio, movible. Corresponde al domingo siguiente a la primera luna llena después del equinocio de primavera.
17 Mc 14,12; cfr Mt 26,17; Lc 22,7.
18 Cfr Jn 18,28; 19,31.
19 Se han propuesto por parte de los exegetas diversas explicaciones acerca de los motivos por los que Nuestro Señor adelantara un día la celebración de la cena pascual. Es posible incluso que este hecho sea el reflejo de las discrepancias entre fariseos y saduceos en cuanto a la fijación del calendario de fiestas. Sin embargo, todavía no se ha encontrado una explicación plenamente satisfactoria.
20 Por ejemplo, es difícil de explicar que Simón Cireneo viniera del campo en un día tan solemne (Mc 15,21), o que José de Arimatea comprara una sábana (Mc 15,46), o que las piadosas mujeres prepararan los aromas y ungüentos (Lc 23,56), etc.