Las tres cruces del Calvario

Reflexionando sobre los últimos momentos de la vida de nuestro Señor Jesucristo encarnado, quise rescatar las tres situaciones reflejadas en cada una de las tres cruces levantadas en el monte Gólgota ese fatídico y doloroso día en que nuestro amado cordero de Dios  fue inmolado.
 

Repasemos el relato del apóstol Lucas:

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados


también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho.

En primera instancia tenemos las cruces de la izquierda y la de la derecha, los malechores que acompañaron a Jesús en “aquella hora”. Tanto Mateo como Marcos nos cuentan que, al principio, ambos ladrones se burlaban del Señor Jesús.
Leamos ahora los versículos 39 al 41, que nos hablan de:

“Uno de los malhechores que estaban colgados lo insultaba diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, lo reprendió, diciendo:¿Ni siquiera estando en la misma condenación temes tú a Dios? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; pero éste ningún mal hizo.”

Pero durante las 6 horas que permanecieron en la cruz, especialmente en las 3 últimas horas, uno de los ladrones vio que estaba sucediendo algo extraordinario. Reconoció que Aquel que estaba muriendo en la cruz no estaba muriendo por sí mismo sino por otra persona. Aunque él sabía que Barrabás tendría que haber estado en aquella cruz, pareció comprender que Aquel crucificado estaba muriendo por él. Reconoció que en la cruz hubo una transacción entre Dios y el ser humano, y que el Hombre que estaba en la cruz era Dios. Entonces, se volvió hacia Jesús con fe. Leamos los versículos 42 y 43:

“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”

Aquel mismo día en que el ladrón, de acuerdo con el gobierno romano, no fue considerado moralmente adecuado para vivir en la tierra, se fue a estar con el Señor. Este era un ladrón malo, no un ladrón bueno, pero debido a su fe en el Hijo de Dios, se convirtió en un ladrón salvado. ¡Este hombre tuvo fe para creer que el Señor Jesús iba a venir en Su reino, y que vendría después de Su muerte! Esto significa que aquel ladrón había avanzado mucho en su conocimiento teológico mientras estaba colgado en la cruz.
Nuestro Señor hizo una declaración notable; que este ladrón estaría con Él ese mismo día en el paraíso. Aquellos dos ladrones habían sido detenidos por el mismo crimen, procesados por el mismo delito y estaban muriendo por la misma causa. ¿Cuál era la diferencia entre ellos? Aunque ambos eran ladrones, la diferencia radicaba en el hecho de que uno de ellos creyó en el Señor Jesucristo y el otro no.
Aquel ladrón no podía realizar ninguna buena obra ni esfuerzos para acercarse a Dios. Ni siquiera tendría la oportunidad de asistir a una iglesia, ni de cumplir los ritos y ceremonias de ninguna religión. Sus manos y pies estaban inmovilizados y su cuerpo sólo descendería de la cruz como un cadáver. En realidad su vida, había sido una demostración de todo lo contrario. Pero escuchó aquellas palabras de Jesús: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Fue a la presencia de Dios a causa de su fe en Cristo. Es que, frente a Dios, todos los seres humanos, de cualquier origen social, encumbrados o proscritos por la sociedad y la ley, se encuentran en la misma condición y padecen las mismas necesidades espirituales. Y para todos, hay la misma solución: porque sólo hay un acceso a la presencia de Dios, y es a través de la fe en Jesucristo.
¿Pero qué decir de la tercera cruz? En ese madero el Cristo se entregó a si mismo por todos nosotros como está escrito: Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;”(Juan 3:14).  
 
Ahora bien, hagamos este pequeño ejercicio, primeramente refirámonos a los dos ladrones simplemente como “pecadores”; ¿con cuál de los dos te identificas?, ¿con el que no creyó en él, sino que se burló, o con el que recibió ese bendito regalo de la salvación eterna, por el simple hecho de haber creído de corazón en el Señor y haberlo confesado con su boca? Las dos posiciones son muy cómodas, no requieren ningún sacrificio, pero una lleva a la condenación y la otra a la salvación. Por otra parte te pregunto: ¿Estarías dispuesto a cargar con la cruz de Jesús? Me refiero a no quedarte en esa posición tan cómoda, sino a padecer por los demás o por la causa cristiana en sí, en tanto Jesús mismo te dice “Y el que no toma su madero, y sigue en pos de mí, no es digno de mí.”(Mateo 10:38)
 

Yo quiero ser ese cristiano que daría la vida por el Señor y decir: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.(Gálatas 2:20)

 

 

Y también “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.(Filipenses 1:21)
Por una fe sin límites, César Choto.
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¿Infierno? ¡Dios nos guarde!

Infierno es una palabra que a priori nos ocasiona algún malestar y de inmediato nos evoca una repulsión, pues cotidianamente la utilizamos para referirnos a algo insoportablemente molesto. Veamos qué dice el diccionario, veamos cómo lo define…­

infierno

(Del lat. infernum.)­

1. s. m. RELIGIÓN Lugar donde sufren castigo los condenados por la justicia divina, según algunas religiones según los cristianos, al infierno van los que han decidido separarse de Dios.
2. s. m. pl. RELIGIÓN Lugar donde creían los paganos que iban las almas después de la muerte.
3. s. m. RELIGIÓN Lugar donde las almas esperan la redención de los seres humanos, según el cristianismo.
4. RELIGIÓN Refectorio especial donde se come carne, en algunas órdenes religiosas.
5. Lugar donde hay mucho alboroto o discordia con tanto chiquillo y tanto ruido, esta casa es un infierno para trabajar.
6. Conjunto de circunstancias que provocan en una persona mucho malestar, disgusto o infelicidad nuestra relación tiene que acabar porque es un infierno.
7. AGRICULTURA Pilón donde se recogen las aguas empleadas en escaldar la pasta de la aceituna para extraer de ellas el aceite que les resta, en los molinos de aceite.
8. Hoyo debajo de tierra en que se asienta el mecanismo que mueve la tahona o molino de harina.
9. JUEGOS División o espacio final trazado en el suelo, en el juego del infernáculo.
10. el infierno de Dante culto Alusión literaria que se usa para expresar un gran dolor o tortura.
11. ¡al infierno! coloquial Expresión con la que una persona se dirige a otra por resultarle muy molesta o inoportuna¡al infierno! ¿no ves que no es momento de caprichos?
12. en el quinto o en los quintos infiernos loc. adv. coloquial Que está lejano, profundo o es de difícil acceso este pueblo está en los quintos infiernos.

Por otra parte, hay una tendencia entre los cristianos profesantes a evitar el tema del infierno a pesar de la clara enseñanza bíblica.

También hay una enseñanza falsa acerca de las Escrituras que se refieren a un basurero en Jerusalén, no al infierno. Esta enseñanza no es compatible históricamente, lógicamente o bíblicamente.
Otros dicen que no hay un lugar como tal, sino que dicho infierno es la imposibilidad de estar ante la presencia del Dios Todopoderoso.
Algunos sacerdotes y pastores retirados (caídos) han dicho que el infierno ha sido inventado por la iglesia para controlar a las personas a través del miedo.

Ahora, veamos que es lo que dicen las sagradas escrituras (la Biblia).

Lo que dice el mismo JESÚS

Mateo 5:29
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Mateo 7:13
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

Mateo 10:28
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Mateo 13:36-43
En este enlace Jesús explica la parábola de la cizaña.

Mateo 16:26-27
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
Mateo 23:33-34
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad;

Lucas 16:19-31 (NVI)

El rico y Lázaro

Había un hombre rico que se vestía lujosamente y daba espléndidos banquetes todos los días. 20 A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba cubierto de llagas 21 y que hubiera querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico. Hasta los perros se acercaban y le lamían las llagas.

22 »Resulta que murió el mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron.23 En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.24 Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”. 25 Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente. 26 Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá”.
27 »Él respondió: “Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,28 para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento”. 29 Pero Abraham le contestó: “Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que les hagan caso a ellos!” 30 “No les harán caso, padre Abraham —replicó el rico—; en cambio, si se les presentara uno de entre los muertos, entonces sí se arrepentirían”. 31 Abraham le dijo: “Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos”».

Lo que se dice en otros pasajes de la Biblia

2 Tesalonicenses 1:6-10 

La Biblia de las Américas (LBLA)
Justicia de la retribución final
Porque después de todo, es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando El venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por vosotros.

Judas 7
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

2 Pedro 2:4-9

La Biblia de las Américas (LBLA)
Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio; si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después; si rescató al justo Lot, abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos (porque ese justo, por lo que veía y oía mientras vivía entre ellos, diariamente sentía su alma justa atormentada por sus hechos inicuos), el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio.

 

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¡Haz clic aquí si te interesa salvarte del infierno!

¡La Salvación es Gratis!

Un buen padre, una buena madre, daría su vida -literalmente- por sus hijos. El amor de una madre no se puede comparar con nada de este mundo; esta clase de amor la ubicaría yo en un lugar entre el amor terrenal y el celestial.
También sabemos de personas, héroes y heroínas de la vida real que ponen sus vidas en peligro por ayudar a conocidos y desconocidos, inclusive a animales; algunos de ellos han muerto en el intento, se han sacrificado por el prójimo.
Pero qué ser humano entregaría la vida de su hijo por alguna causa? Esta idea sobrepasa el entendimiento y lógica humanas; sacrificar la vida de un hijo para salvar la vida de otra persona, quien sea, está infinitamente lejos de ser una opción para un padre o una madre.
Dios es el único que no ha escatimado la vida de su único hijo, sino que lo entregó en cruento sacrificio (Romanos 8:35); con esto podemos dimensionar lo inmenso del amor de nuestro creador, que aún sin merecerlo Él envió a morir al Cristo por la salvación de todos nosotros (Romanos 5:8), el mismo Dios encarnado a quien Él mandó se llamase Jesús (Mateo 1:21), que significa “El Salvador”.
La salvación es un regalo del Altísimo, ya que es por su Divina Gracia que la podemos obtener (Efesios 2:8-9), habiendo hecho todo lo necesario Jesús en la cruz (Juan 19:30); en otras palabras el Hijo pagó el precio de este obsequio, con lo más caro y preciado de la existencia: Su sangre (Romanos 3:24-25). Así es, Jesús pagó con su vida para que la salvación sea gratis y de manera opcional nos la ofrece con todo su amor; y permanentemente Él está tocando a tu puerta para entregártela en tus manos (Apocalipsis 3:20).
¿Qué tengo que hacer para recibir este regalo?

Romanos 10:9-10
Que si confesares con tu boca que Jesús es El Señor, y creyeres con el corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia pero con la boca se confiesa para salvación.

Si quieres aceptar este regalo, y a Cristo en tu corazón puedes decir esta oración en voz alta:

Dios mio, reconozco que soy un pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Creo en mi corazón que Jesucristo es el Señor y que es tu Hijo amado. Reconozco que Cristo murió por mis pecados, y que Tu le resucitaste de entre los muertos. Yo abro las puertas de mi corazón y te recibo como mi Señor y mi Salvador, amén.

Si haz hecho esta oración y lo haz creído en tu corazón; tu nombre ya ha sido inscrito en El Libro de la Vida, haz sido sellado con el Espíritu Santo de Dios  (Efesios 1:13) y hay gran gozo en el cielo (Lucas 15:7).

¿Qué hago ahora?

Comienza a leer la Biblia, y pídele al Espíritu Santo que te de sabiduría para entender Su Palabra. Si actualmente estás congregándote en una iglesia, sigue haciéndolo pero pídele a Dios que te muestre si debes permanecer ahí; de no ser así, El te mostrará la iglesia en la que debes congregarte.

Si vives en Santa Tecla (L.L.-E.S.-C.A.) o sus alrededores te recomiendo Iglesia Genezareth.

Por César Choto Nova

 

 

Que la fuerza te acompañe…

¿Te gusta “La Guerra de las Galaxias”? Lee esto:

La frase “Que la fuerza te acompañe” creada por George Lucas y utilizada no solo por los jedis en la saga mencionada, tiene su origen directa o indirectamente en El Evangelio.

En el Evangelio según San Juan 14:16, Jesús les dice a sus apóstoles “Yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre” refiriéndose al Espíritu Santo. Algunas traducciones usan la palabra “Defensor” o “Protector”.

La palabra griega parakletos, es la fuente de la palabra española “paráclito” que usualmente se aplicaba a un abogado familiar que estaba cerca y en servicio permanente.

Los traductores de la versión inglesa King James decidieron traducir parakletos con la palabra inglesa Comforter (consolar, confortar) porque en aquella época el idioma inglés estaba más estrechamente conectado con sus raíces históricas en el latín. Hoy la palabra se entiende en el sentido de consolar en medio de una dificultad. Pero su significado original era distinto. Se deriva de la palabra latina comfortis, que constaba de un prefijo (com-, “con”), y una raíz (fortis, “fuerte”).

En consecuencia, originalmente la palabra contenía el significado de “con fuerza”. Lo que estamos diciendo es que el Espíritu Santo no viene a la gente de Cristo a sanar sus heridas después de la batalla, sino a fortalecerlos antes y durante la lucha.

Así que no temas decirle a tu hermano “Que la fuerza te acompañe” que vendría a ser el equivalente a decir: Ve con el poder del Espíritu Santo o No olvides que eres cristiano.

El Espíritu de Dios también estuvo en la creación “Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana…”;

Dios creó todo el universo.
Lo crees?


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Reseña:

El tema del Espíritu Santo desata mucho interés en estos días; pero al mismo tiempo abundan ideas y aseveraciones ajenas a la Biblia en torno a la persona y la obra del Espíritu. En este librito de Preguntas Cruciales, el Dr. R. C. Sproul establece la enseñanza bíblica sobre la identidad del Espíritu: una de las tres personas de la Divinidad, junto con el Padre y el Hijo. El autor también bosqueja algunos de los roles fundamentales que desempeña el Espíritu: dar nueva vida a los creyentes, luego santificarlos, fortalecerlos, enseñarles, y ungirlos para el ministerio.

 
 
Por una fe sin límites, César Choto.